Brigada Informativa

"Elpidio Valdés"

 

 

 

 

 

 

 

 

La Brigada Informativa “Elpidio Valdés” nombra Brigadista de Honor al Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.

 

Ricardo Alarcón enseña de qué va el capitalismo a los estudiantes cubanos de Informática.

 

La BBC informa de esporádicos contactos del Gobierno cubano con una realidad sobre la que, a juicio de la Brigada Informativa “Elpidio Valdés”, las instituciones cubanas no han intervenido, hasta ahora, adecuadamente. En uno de los ejemplos que muestran, Ricardo Alarcón, Presidente del Parlamento cubano, aparece en un vídeo tomado en la Universidad de Ciencias Informáticas y publicado por la cadena de televisión británica el pasado martes, cinco de febrero de 2007. En él, el dirigente responde a las preguntas aparentemente espinosas de algunos representantes estudiantiles, que pedían cuentas acerca del proceso electoral cubano, de las presuntas limitaciones en el acceso a determinados sitios de internet como Yahoo, de la prohibición del acceso de los ciudadanos cubanos con dinero a los hoteles abiertos al turismo extranjero o de la imposibilidad de viajar en avión para el trabajador cubano que pueda ahorrar para pagarse el pasaje.

Alarcón respondió bien, aunque se nota que no se esperaba las cargas de profundidad que el multitudinario público estudiantil aplaudió a rabiar. Tuvo que arremangarse y ponerse a explicar cositas básicas, evidentes para un líder revolucionario que conoce bien el mundo capitalista y lo que en él significa la resistencia de Cuba... pero lejanas para las entendederas de los jóvenes y de amplias capas de la sociedad cubana.

Los universitarios del vídeo son los que disfrutan uno de los proyectos estrella de la Batalla de Ideas que llevó a cabo Fidel Castro antes de caer enfermo, son auténticos privilegiados que estudian en una universidad puntera con los gastos académicos y la manutención resueltos por el Estado. Resulta curiosa la seria indignación de uno de los portavoces juveniles cuando dice hablar en nombre de los habitantes de una zona rural atrasada del país... para pedir que lo dejen viajar en avión cada vez que quiera si reúne el dinero necesario. Claro, el muchacho da por hecho que tiene el derecho a estudiar con los gastos pagados aunque provenga de un medio social pobre y lejano... y ahora lo que desea es viajar como supone que hace cualquier colega suyo del mundo capitalista.

Alarcón trató de hacer ver a su tensa audiencia que ir a un hotel de lujo o viajar en avión no son derechos, sino privilegios. Y que en el mundo capitalista sólo acceden a tales prebendas la exigua minoría que puede pagarlas. Explicó que la Revolución intenta distribuir los privilegios con un mínimo de justicia, con criterios de distribución distintos al mero poder adquisitivo: “Hay quien puede pagar el hotel, pero no es vanguardia, no tiene méritos, no ha hecho nada, no ha aportado nada, pero tiene el dinero. Así es como era antes, los que podían ir al hotel eran los que tenían el dinero, los recursos”.

Alarcón, brigadista de honor.

La Brigada Informativa “Elpidio Valdés” ha decidido, tras ver la magnífica respuesta del dirigente parlamentario ante sus compatriotas universitarios, nombrarlo “Brigadista de Honor” por su labor de información y aclaración de ideas, que muestra el camino a seguir, que es el de la confrontación de pensamientos, la argumentación, el debate sin complejos ni miedos, a partir de hacer de una vez comprensible, más allá de los nocivos y abundantes mitos, la realidad del capitalismo a los cubanos y cubanas de a pie.

Este debate publicado por la BBC y que ha recorrido los servicios informativos de medio mundo con la intención de hacer daño a la Revolución, no sólo no ha incidido negativamente, sino que ha mostrado casi sin quererlo una argumentación imprescindible para el desarrollo del socialismo y un problema impostergable sobre el que la Brigada Informativa “Elpidio Valdés” viene llamando la atención desde hace más de dos años.

El argumento que ha iluminado, aunque sea apenas un poquito, esta información de la BBC es que libertad no es lo mismo que libertad de compra, que la alternativa capitalista es la de concentrar los privilegios en quienes tienen dinero, que son los menos, de modo que la libertad es, en realidad, un privilegio otorgado injustamente. Ejercer esa libertad de compra anula por definición el posible acceso al bien o servicio de quien tiene menos. Aquí se podría añadir que la Revolución cubana tiene mucho que mejorar en la justicia del reparto, pero es radicalmente más justa y tiene todas las esperanzas, todas las posibilidades de perfeccionar los mecanismos sociales de distribución de la riqueza. En el mundo capitalista haría falta una revolución para tan siquiera menguar un poco las impresionantes, horrorosas, injusticias distributivas. No digamos para hacerlo ambientalmente sostenible.

El problema impostergable de la Revolución cubana es el ataque sostenido, implacable, por medio de la información y el debate público (sí, a través de esos infrautilizados medios de comunicación tan mejorables), a los mitos acerca del capitalismo que crecen en la isla. Ahora ya nadie puede negar esta necesidad, el discurso del Presidente de la Asamblea del Poder Popular fue una intervención inesperada suscitada porque antes o después, aquí o allá, tienen que ir surgiendo los discursos que corren por el suelo social sin que el sistema político y mediático de la Revolución haya querido (o podido) hasta el momento confrontarlos en la arena de las ideas con orejas anchas y los argumentos demoledores que la simple información proporcionaría al socialismo.